LA LEYENDA DE
LA NIÑA ENCANTADA
Desde
ese momento en que cruzó su mirada mansa y bella con sus ojos pícaros y
chispeantes, en ese instante su alma se hizo un único soplo con la de él. Ella,
de sangre real, él un integrante más de la tribu enemiga. Porque Elcha, la
bella princesa, pertenecía a la comunidad mapuche que estaba mortalmente
enfrentada con la de aquel muchacho vivaz y solícito. Y se amaron desde
entonces. Sus almas se unieron, sus
cuerpos estallaron en los colores fuertes de la pasión; sus bocas se llenaron
de esos besos cálidos, límpidos como un cielo veraniego en aquellas heredades
malargüinas que fueron testigo de su apasionado amor.
Pero
no hay felicidad completa en este mundo. Se cuela como el agua entre las manos,
se escabulle como un torrente montaña abajo. Y fue así que en medio de aquel
idilio, la bruja de la tribu de Elcha, propuso a la pareja real, casar
inmediatamente a Elcha con uno de los hijos del Cacique enemigo, para sellar de
esa manera un pacto de sangre y evitar la guerra entre tribus y el bochorno. El
jefe contrincante aceptó la alianza.
No
se sabe cómo, pero el plebeyo se enteró de los planes urdidos, así que buscó a
Elcha y juntos decidieron escapar. Y allá partieron, montados en veloces
corceles que rajaron la noche con sus relinchos, mientras la luna les pintaba
los lomos de acuarelas nocturnas. No tardaron mucho en enterarse los caciques y
mandaron a sus hombres a buscarlos. Era noche de tormenta, tonante, con el agua
de la lluvia helada abofeteando sus rostros tensos. Al frente, iba la maléfica
bruja, imprecando a los dioses de las tinieblas y arengando a la tropa.
Los
amantes se encontraron de pronto con el fin de la huella. Ante ellos se abría
un tenebroso precipicio. Miraron hacia atrás y la luz de un relámpago furioso iluminó
a los que querían capturarlos. Entonces no lo dudaron, Elcha se arrojó a la
laguna que había al final del precipicio seguida por su amante. La bruja trató
de impedir que lo hiciera, pero solo tuvo el tiempo suficiente para frenarse
ante la cornisa, tras lo cual un rayo vindicador le cayó de plano,
petrificándola para siempre. Cuando el resto de los hombres de la caravana se
acercaron temerosos al hueco del precipicio, alcanzaron a ver reflejada a la
bella Princesa en el espejo de agua.
Desde
entonces, en ese lugar malargüino, se puede ver a Elcha en la laguna y a la
bruja petrificada. Por eso los lugareños dieron en llamar al sitio “la laguna
de la Niña
encantada”.
Nota:
“Elcha” significa en lengua mapuche “espejo”.
ALEJANDRO
CRUZ (EL NARRADOR)
Al fin mi amigo Alejandro Cruz, tiene la posibilidad de regalarnos sus narraciones, Gracias Agendalo por darle un espacio y buen comienzo para Ustedes, SALUD!
ResponderEliminarEs un orgullo y un placer tenerlo con nosotros.
EliminarQue linda historia ! Me encantó, felicitaciónes al.Narrador !
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarTuve el placer de conocerlo, un lugar hermoso escondido detrás de las montañas, como escondido igual que un cuento.. Una hermosura sin dudas
ResponderEliminarTuve el placer de conocerlo, un lugar hermoso escondido detrás de las montañas, como escondido igual que un cuento.. Una hermosura sin dudas
ResponderEliminarQue tipo de narrador es el del mito??
ResponderEliminarHola juego free fire me llamo valeproo3012 o vąłēpřøø3011
ResponderEliminarhola juego fortnait me llamo jocdavids todo en minusula.
ResponderEliminarenvien solicitudes
Pero por que es una leyenda ficcional
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